Son trazas de información que se generan a partir de la navegación que realizamos, que suponen una importante fuente de información para empresas de publicidad online, aplicaciones estadísticas, para el seguimiento de la actividad y la segmentación de usuarios, para mantener los productos en el carro de la compra virtual en las tiendas online (su uso original) y, en ciertos casos, para espiar a alguien y violar su privacidad. El abuso en su utilización ha llevado a que la Unión Europea desarrollen una regulación específica, más dura con las empresas de contenidos y que aumente la protección de la privacidad de los usuarios.
A efectos de la privacidad un uso que tiene mucho que ver es la identificación de usuarios mediante cookies de sesión que permiten que no haya que introducir el nombre de usuario/a y contraseña cada vez que se accede a un web. Esto es muy común en las redes sociales online, p.ej. Complementariamente, pueden personalizarnos dicho web al que accedemos.
También se usan para seguir al usuario dentro de un mismo web, guardando información sobre las páginas que va visitando.
Las cookies en sí mismas no suponen un riesgo, pues no incluyen código, tan sólo datos. No pueden, por tanto hacernos ningún daño en nuestro equipo, p.ej., ni pueden lanzar anuncios publicitarios. Lo que sí pueden es ser mal utilizadas, para obtener más información de la que debieran o cuando accede un tercero a ellas sin nuestro conocimiento o autorización.
Generalmente no asocian la información a ningún dato que nos permita identificar, es decir, son anónimas. Eso sí, si hemos datos dichos datos personales a un web, en teoría podría almacenarlos en una cookie en nuestro ordenador.
Un uso preocupante que puede realizarse de las cookies es por medio de anuncios insertados en las diversas páginas de los diversos webs que vamos visitando. Si estos están gestionados por la misma empresa, esta podría realizar un seguimiento de todas esas visitas que realizamos en los webs de su red y trazar un perfil de nosotros como internautas y/o consumidores. Este es uno de los motivos que han llevado a regularlas más rigurosamente.
Además de estos riesgos, las cookies pueden facilitar otros problemas. Por ejemplo si dejamos una sesión abierta en un ordenador que utiliza otra persona o aunque cerremos el navegador, si la cookie persiste cuando otra persona lo abre y visita la misma página, podría acceder a nuestros datos e incluso suplantarnos apoderándose de nuestra cuenta (p.ej. en Twitter o Facebook).
Incluso se ha demostrado técnicamente que en redes inalámbricas de uso público (Wi-Fi) se pueden obtener dichas cookies de sesión ¡desde otro ordenador! con lo cual el acceso no autorizado a perfiles de redes sociales, correo electrónico y otros servicios personales es relativamente fácil. Esto también puede suceder desde el lado del servidor, si los webs sufren un secuestro y son suplantadas por webs falsos.
La Comisión Europea pretende con la Directiva 2009/136/CE sobre la privacidad en materia de telecomunicaciones, poner el control de las cookies en manos de los usuarios. Los sitios web deberán pedir permiso a los usuarios para poder utilizar cookies y almacenarlas, salvo aquellas que sean absolutamente imprescindibles para el normal uso de un sitio web en el que el usuario se haya registrado. La mayoría de navegadores ya permite autorizar a ciertos webs a usar cookies y a otros no, con lo cual no debería suponer un estorbo para una normal navegación, el cumplimiento de esta nueva normativa.
También se obliga a los webs a informar de manera clara y sencilla de lo que van a hacer con las cookies e indicarlo claramente en el momento de pedir autorización para su instalación.
Al margen de las medidas a las que obliga esta directiva en el lado del servidor, los usuarios pueden seguir unas pautas para realizar un uso más seguro de cookies.
- Leer las políticas de privacidad de los webs a los que les damos datos personales.
- No dar datos o permitir cookies en los webs que carezcan de una política de privacidad adecuada y clara.
- Si estamos en un ordenador compartido, es vital cerrar las sesiones abiertas (hacer log-out).
- Configurar adecuadamente el navegador con respecto a las cookies: podemos definir cuáles son los webs a los que permitimos grabarlas y cuáles no, si aceptamos cookies de terceros, si se deben borrar al cerrar el navegador, etc.
Fuente: Bitelia
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